HEMISFERIOS
Conviene dormir con un ojo
abierto
y el otro cerrado, así,
lo que se marcha por el uno
llegará por el otro,
y mientras el derecho se
ausenta
permanece el izquierdo
vigilante,
único modo de ocupar las dos
mitades,
de poseer la sombra y el sol
en ambos hemisferios.
Que mientras el uno se oculta
en la noche
no se olvide su gemelo de la
luz,
y registre lo que en el mundo
acontece,
pues todo corresponde al mismo
dueño,
y de él percibirán la
recompensa.
El que así duerme nunca está
dormido,
ni tampoco despierto.
El ojo dormido sueña con el
otro,
a punto de caer derrotado,
y éste conjetura mientras
tanto
que el dormido no despertará,
que quizá en su sueño le
traicione
y pierdan los dos lo que no
tienen:
la sombra que amenaza al
vigilante,
la luz que siembra desazón
en el dormido que se sueña
ciego.
Seleccionado
y leído en la celebración del III Día Internacional de la Poesía en Segovia,
2012
http://www.youtube.com/watch?v=3BgpLppb3wo