jueves, 27 de octubre de 2011

DUELO


Los ojos que contemplan, expectantes,
no clavan en los otros su pupila,
ni se adentran en las recónditas
estaciones del miedo.
Permanece absorta la mirada
en un paisaje que la muerte
tornará en alabastro,
que el aire ya dirige el proyectil
corazones adentro
y los ojos barruntan
oasis de armonía y esplendor,
un vacío sin pausa donde reina
la blanca dama desalmada.



El poema obtuvo el 2º Premio en el V Certamen de Poesía Dulce Chacón