CAFÉ
Estás ahí, inmóvil,
atento al giro
que sólo te trae desasosiego,
el corazón en...sí...mismado,
hacia sí vueltas las pupilas.
Mas ya los ojos hieren, fugitivos,
la antigua claridad de los espejos,
una luz que ahora cuidas
con la vana sustancia de la espera.
Sigues ahí, en los oscuros cielos
olvidados por un tiempo que exhala
hedor a rosas muertas.
Nada sucede fuera,
sino tu propio acontecer.
El poema obtuvo el 2º Premio en el V Certamen de Poesía Dulce Chacón
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