CONTEMPLACIÓN
Me dispongo a esperar a la noche,
la música lejana
(borrosos los perfiles),
el parpadeo tímido de luces
recién amanecidas,
la luna un cuenco transparente
que reúne en su barro las ausencias.
El pinar, resguardado en su foscor
inicia su letargo,
y es un agua amorosa lo que sueña
la savia hecha silencio.
Golondrinas de vuelos presurosos
aceleran la tarde,
a la hora sin dueño en que su calma
con fruición se respira.
Publicado en la revista de Artes y Letras “Luces y sombras”
Diciembre 2010
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